
A medida que pasa el tiempo necesito recurrir más a la historia de gente que haya vivido una experiencia de HACER ALGO en la Argentina. Y cada vez más quiero transmitir mis experiencias a los chicos. Guiarlos, decirles lo que pienso, enseñarles a cruzar una dificultad. Aunque debo confesar que soy yo quien más aprende de ellos. No se los digo muchas veces porque los pibes son como los argentinos. Se agrandan y después no los podés controlar. Pero muchisimas

Y leyendo sobre Sadosky no sé por qué pienso que él hacía algo parecido. Leyendo esos relatos de cómo armaron a Clementina me hace pensar que fue un juego complicado de los niños, como cuando armábamos castillos con los bloques, o casas con cartones y maderas, o torres con naipes. Sólo que esta vez el castillo era una máquina para calcular y que de alguna manera creo la intención de Sadosky y su equipo fue el de ayudar en la ciencia y contribuir en la educación de cada niñito argentino.
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